viernes, 30 de noviembre de 2007

Los libros olvidados


La vida de los libros es mucho más extensa que la vida de los hombres. La historia que narran permanece intacta a través del tiempo. Sus personajes, nunca cambian, ni física, ni moralmente. Su pensamiento y su manera de ver la vida son constantes. Llegan a la mano de cada lector con la frescura con la que fueron concebidos. Diferentes generaciones, pueden así, revivir una y otra vez, las aventuras de estos personajes, como la primera vez que su autor les dio vida.

Posiblemente el autor ya no exista más, y muchos pueden que no recuerden su nombre, sin embargo, su creación, permanecerá en los estantes de alguna biblioteca olvidada y perdida en las marañas del tiempo.

En algún momento, alguien tendrá la oportunidad de redescubrirlo y la magia volverá a surgir; los corazones de estos personajes volverán a latir en la medida que el lector se interese en la historia.

Muchas veces, no tendrán tanta suerte y serán destruidos, antes de que alguna persona interceda para salvarlos. Así, solos, abandonados de la mano de su autor y de la mirada de la gente serán quemados, guillotinados, enterrados en el olvido eterno.

¿Porqué no darles una oportunidad? ¿Porqué no ponerlos en las manos de una persona necesitada de aventuras? Simplemente están condenados, y las palabras desaparecen para siempre.

Los responsables, no solo son los bibliotecarios que deben dejarlos en pos de espacio para ejemplares más nuevos, que en algún momento, pueden desaparecer de igual manera, sino también, los usuarios que no les importa esta situación y desdeñan escritos antiguos, de igual manera que no valoran las películas viejas, aunque muchas veces se desesperan por ver la última película que se estrena en el cine y que no es más que una réplica de alguna película vieja.

¿Esto pasará también con los libros? ¿Algunas personas leerán libros muy antiguos y rehacerán las historias? No lo sé, pero ojalá que eso suceda, porque de ser así, de alguna manera la pérdida por la destrucción será más leve, ya que las historias y las ideas detrás de ellas, aún podrán preservarse, aunque su verdadero creador, quedará en el anonimato por toda la eternidad.

martes, 27 de noviembre de 2007

El bibliotecario


Desde que hay bibliotecas hay bibliotecario, Pero la carrera de bibliotecario existe, desde hace muy poco tiempo, solamente en los Estados Unidos de América, Méjico y Europa.

En nuestro país, son generalmente poco consideradas, y menos aun, los que en ella trabajan: los bibliotecarios.

El que lo es, tiene casi siempre, además, otra ocupación, a la que le asigna mayor importancia, e insistirá que es ingeniero, abogado o profesor, pero nunca, en que es bibliotecario, lo que en esta parte del mundo no tiene significación.

En realidad debería considerarse el ser bibliotecario, profesión tan honrosa como otra cualquiera, por que indudablemente, se necesita para ello, tantos y aun mas conocimientos, muchos estudios y mucha abnegación, para cumplir bien con las exigencias del empleo. El trabajo de un bibliotecario es una ciencia y su labor no se reduce a meras funciones administrativas que hay que desempeñar mas o menos bien.

El vulgo se imagina, probablemente, que un bibliotecario nada tiene que hacer, fuera de hojear libros elegidos, según su gusto o debilidades, de entre los millares de volúmenes de la biblioteca. Se piensa en que es el empleo mas cómodo, que el poner un libro al alcance del público es un trabajo reducido y limitado, que puede hacer cualquier persona. Existe la idea, sin concretar, que puede ser necesaria la ayuda de un maestro, que aconseje una obra, pero, ¡ a quién se le ocurre exigir en una biblioteca, a efectos de su buen funcionamiento, una persona especializada en la materia¡

En las escuelas, se pide personal capacitado que haya demostrado conocimientos, después de los estudios, por medio de exámenes. Las bibliotecas son complementos del colegio, factor indispensable al progreso de la cultura alcanzada en él, pero; a pesar de ello, no ha arraigado la idea de que contar con estudios convenientes, y exámenes, se pueden alcanzar excelentes resultados, obteniendo la idoneidad necesaria en el bibliotecario, cultivando su vocación para la carrera, encariñándolo con ella.

En los países en que las bibliotecas han alcanzado un máximo de perfeccionamiento como en Norteamérica y Europa estas instituciones disponen de personal especializado, y dedicado por entero a la biblioteconomía, y ciencias afines.

Que en la bibliotecas hay muchos trabajos fáciles, que se pueden ejecutar "sin training" alguno, no hay que dudarlo, ya que otro tanto sucede en todo oficio y profesión.

Pero resultados concretos, éxitos verdaderos, no se pueden obtener nunca, sin la instrucción y preparación de aquellos que deben intervenir, aunque solo indirectamente, en la educación del pueblo, o cuando esta enseñanza queda librada a la casualidad.

Los bibliotecarios prestan grandes servicios al Estado, dan su apoyo intelectual a cada ciudadano, resultan tan indispensables, como los maestros mismos. La persona que debe servir de intermediario entre la actividad espiritual y la comunidad, llena una función positiva y trascendental, deben exigírsele por consiguiente cualidades excepcionales y conocimientos superiores.

No se trata, como se supone muchas veces, en el primer momento, de comprar libros, es necesario hacerlos vivientes, atractivos, interesantes, a fin de que sean un incentivo para el público.

Y para servir a una finalidad tan elevada, para cumplir un propósito tan loable, y eminentemente social, se necesita algo más, que ordenar la compra de libros. Preciso es despertar el interés público, para que la biblioteca sea considerada como un bien propio de cada uno, que pueden disfrutar todos sin mayores dificultades, que atiende deseos tan variados como el del obrero y el del profesor, del estudiante y del hombre de negocios, tanto del deportista como del pinto, que deben encontrar en ella siempre el dato buscado, la indicación anhelada, el antecedente que necesitaban.

Muchas veces se encuentran libros todavía desconocidos, cuando se creía agotada, ya, toda la bibliografía de una materia o de un tema. Así, poco a poco, la biblioteca conquistará el lugar que le corresponde, satisfaciendo el deseo de saber e instruirse, o el de entretenerse tan solo en forma amena.

El bibliotecario debe llenar este fin sirviendo a los lectores, indicando de que riquezas olvidadas dispone su biblioteca, que obra puede sustituir fácilmente a otra; debe dar su apoyo, tanto al estudiante como al sabio, debe esmerarse mas aun, cuando trata con un hombre del pueblo, a quien debe guiar e iniciar en las primeras lecturas y estudios. El bibliotecario solamente podrá cumplir su deber, teniendo conocimientos especiales para esta delicada función, entonces será un auxiliar precioso y estimable en todo sentido.

Con medios exiguos, generalmente, el bibliotecario tiene que satisfacer todos los intereses y las exigencias de muchos, brindar espontáneamente el público algo nuevo, para cautivarlo, y ha de alentar continuamente a los lectores. Esta preocupación constante que tiene para con los visitantes de la biblioteca, nunca podrá ser apreciada bastante por ellos, que creen, tantas veces, que no hace otra cosa que leer libros, y de éstos, los de su agrado. Nadie sabe la resignación necesaria al bibliotecario que casi siempre puede leer solamente los títulos de los libros, o una crítica resumida de los mismos, pero pocas veces el libro, tal como lo tiene cien veces en la mano, para darlo a otros.

Existe el consuelo de la idea que llegará el día en que pueda disponer del tiempo necesario para leerlo, pero.... cuando?

Se exige de él que sea una enciclopedia viviente, debe saber todo lo referente a la literatura, y al mismo tiempo algo de sociología, de economía política y medicina! Y si le preguntan sus lectores sobre asuntos de periodismo, sobre cuestiones de estética, sobre hechos históricos? Que malparado quedaría el bibliotecario si no pudiera contestar con cierta autoridad, si tuviera que confesar que no conoce suficientemente las materia para dar consejos! Pero el lector, los concurrentes a una biblioteca, conocen acaso las distintas materias a fondo, tan siquiera de su especialidad? ¡No!

Sin embargo al bibliotecario, si se le exigen esos conocimientos, y el tiene una ayuda eficaz en los catálogos, y debe tener la práctica y experiencia necesaria para cooperar rápidamente en las búsquedas de los lectores. Los catálogos que el ha hecho, son un refugio valioso, le permiten dar, sin pérdida de tiempo, la contestación clara y precisa a una pregunta.

Los trabajos de catalogar y fichar, nunca terminan, en ninguna biblioteca, siempre se presentan nuevos problemas, debido a las necesidades de los distintos lectores. Nadie, como el bibliotecario, debe tener los conocimientos superficiales de la vida diaria, y una intuición previsora, al mismo tiempo. Su saber debe comprender los idiomas y las publicaciones de todos los países, de todos los tiempos.

Así, la actuación del bibliotecario es una fuente inagotable para la cooperación con los lectores, para ayudarlos, y si bien su función parece tan sencilla y modesta, a quienes no se dan cuenta de las exigencias que trae consigo su labor, en el círculo de su actuación, que no está a la vista del público, es la mas variada de todas, las mas amplia, que ofrece tantos tópicos distintos!

El trabajo intenso en una biblioteca no puede llevarse a cabo, con buen resultado, sin la maquinaria y técnica moderna de la biblioteconomía. La economía del trabajo, enseñarla y difundirla, es un deber primordial del bibliotecario. El manejo incesante de fichas y otras organizaciones internas producto de invención de un bibliotecario, y no del comercio, que tan solo las ha adoptado - y no vice versa - exige una consagración completa, regular y metódica, cien manejos tienen que hacerse cien veces maquinalmente en la misma forma, porque cada negligencia y cada olvido, cada pérdida de tiempo, cada confusión, implica consecuencias funestas, casi irreparables, en la buena marcha de una biblioteca. Y el bibliotecario debe ser el alma y la fuerza motriz de esta máquina, que le da vida, que nunca debe hacer dificultades formales a sus lectores, que deberá salvar todas las surjan, que siempre debe estar a la disposición de todos y de cada uno, por que el lema de los bibliotecarios del mundo entero es: "ich dien" (yo sirvo).


HÄNNY SIMONS


El presente artículo se publicó por vez primera en el diario El Argentino, mayo 20 de 1926. Años mas tarde la autora lo incluiría en su obra: Bibliotecas y bibliotecarios ; prólogo de Nicolás Besio Moreno. - La Plata : Olivieri y Dominguez, 1932, p. 63-68; de allí lo hemos tomado.

domingo, 25 de noviembre de 2007

El legado cultural europeo, a un solo 'click'


Un proyecto que "simboliza a Europa unida en la diversidad" Europa vive inmersa en una sociedad de la información multilingüe y saturada por 'blogs', 'podcasts' y medios de comunicación online. Los europeos ven la televisión y hacen la compra a través de internet, y las posibilidades del ciberespacio son muy amplias y van mucho más allá del entretenimiento: también hay lugar para la cultura y la educación. Los eurodiputados apuestan por que la herencia cultural europea sea accesible a todos a través de internet.


En la sesión Plenaria que tendrá lugar la semana del 24 al 27 de septiembre en Estrasburgo, el Parlamento Europeo discutirá el informe "i2010: hacia una biblioteca digital europea", que fue
aprobado por amplia mayoría por la comisión de Cultura y Educación de la Eurocámara el pasado 23 de julio. El debate en Pleno del texto, elaborado por la eurodiputada francesa del Partido Popular Europeo Marie-Hélène Descamps, coincidirá con el día europeo de las lenguas, que se celebra el 26 de septiembre. El documento aprobado por la comisión de Cultura destaca que es "necesario garantizar la promoción, la protección y la difusión más amplia posible de la riqueza y diversidad del patrimonio cultural europeo".


Es posible que pronto sea posible hojear un manuscrito de la Divina Comedia de Dante, examinar hasta el más mínimo detalle de los bocetos de Leonardo da Vinci o disfrutar de una panorámica en tres dimensiones de las esculturas de Rodin... y además sin moverse de casa.

Digitalizar para preservar


El informe pone de relieve "el rápido desarrollo de las nuevas tecnologías y la consiguiente evolución de las prácticas culturales" y considera "que internet se ha convertido para un gran número de ciudadanos, y en particular para los jóvenes, en uno de los principales medios de acceso al conocimiento y al saber". Además, destaca que "la digitalizació n masiva de los contenidos culturales no tiene como objetivo sustituir o hacer la competencia a los contenidos culturales tradicionales, sino producir en paralelo unos contenidos digitales fiables y de calidad".


El texto hace notar, sin embargo, que "por ahora, sólo una ínfima parte del patrimonio cultural europeo está digitalizada" y que las iniciativas en esta dirección "siguen siendo muy fragmentadas" , por lo que pide a los Estados miembros que "elaboren planes de digitalizació n a escala nacional o regional", y que lo hagan "velando en todo momento por evitar las duplicaciones de esfuerzos y de gastos".


Acceso para todos

En concreto, el informe recomienda el la creación de una biblioteca digital europea "en forma de punto de acceso único, directo y multilingüe al patrimonio cultural europeo" que facilite la innovación y la investigación y combata la brecha digital existente entre los diferentes Estados miembros. Esta biblioteca debería ser universal y de acceso inmediato, estar en disponible en todo momento y adaptarse también a los usuarios discapacitados. Además, el informe propone que "el usuario pueda localizar los documentos digitalizados en modo imagen y en modo texto, sea cual sea su naturaleza".

La ponente afirma que este proyecto "simboliza la Europa unida en la diversidad" y asegura que "beneficiará a todos los ciudadanos y favorecerá la difusión de nuestra diversidad cultural y lingüística por todo el mundo". Descamps explica que "el objetivo del informe es llamar la atención sobre la necesidad de crear un instrumento dirigido a todos los ciudadanos, incluidas las personas discapacitadas, para quienes la tecnología ofrece hoy grandes posibilidades" .

Derechos de autor


En cuanto a los derechos intelectuales, Descamps los considera "esenciales para impulsar la creatividad en Europa", por lo que subraya que "en este punto, la posición del Parlamento Europeo debe ser unánime". A su juicio, es necesario "encontrar el equilibrio entre los intereses de los usuarios finales y los de los titulares de derechos".


La comisión de Educación recuerda que ya hay varios proyectos en marcha que podrían servir de apoyo inicial a la biblioteca digital europea, como La Biblioteca Europea, Europeana o el proyecto TEL-ME-MOR, y pide "al conjunto de las bibliotecas europeas que pongan a disposición de la biblioteca digital europea las obras libres de derechos de que ya disponen en formato digital". El texto reconoce, por otra parte, que "conviene desarrollar nuevas formas de financiación, incluidas las asociaciones con el sector privado".


Los eurodiputados esperan que la digitalizació n beneficie no sólo al sector cultural, sino también al educativo, científico, de investigación, turístico o al de los medios de información. Es más, consideran que "no convendría circunscribir el patrimonio cultural europeo al conjunto de las obras propias de la Unión Europea, sino abarcar también la aportación cultural de otros países europeos".

Consultar en: http://www.europarl.europa.eu/news/public/default_en.htm?redirection

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Lanzan la primera web con documentos del periodo español en Filipinas

La empresa editora filipina 'Vibal Publishing' ha lanzado en internet un portal gratuito donde se podrán consultar, entre otros raros materiales, libros y documentos sobre el periodo español en Filipinas escritos en ese idioma, informan hoy los medios locales.

Entre los documentos ofrecidos por Filipiniana. net, el nombre del portal, figura la declaración de independencia del 12 de junio de 1898, redactada en español por el Gobierno del líder independentista Emilio Aguinaldo.

La mayoría de los trabajos del menú electrónico cuentan también con traducción al inglés y tagalo, según explicó Gaspar Vibal, uno de los padres del proyecto.

En declaraciones al rotativo 'Philippine Daily Inquirer', Vibal señaló que los documentos proceden de su colección personal, de los archivos de la Biblioteca Nacional de Filipinas, de la Biblioteca de la Universidad de Filipinas y del Instituto Cervantes de Manila.

Añadió que su equipo ya trabaja en la elaboración de una bibliografía, en la digitalizació n de los 53 volúmenes sobre la historia de Filipinas, escritos a principios del siglo pasado por los autores estadounidenses Blair y Robertson, y en una selección de las cien mejores novelas escritas en tagalo y otras lenguas vernáculas filipinas.

Vibal reconoció que la página web ha recibido críticas por parte de algunos sectores editoriales, que manifestaron su extrañeza por la publicación en la red de documentos difíciles de encontrar incluso en las bibliotecas especializadas del archipiélago.

'No estamos afirmando que somos los primeros en digitalizar esos libros o en darlos gratis, sino animando a los investigadores y al público a acceder a nuestra página, lo que quizá luego nos de la oportunidad de amortizar el servicio', indicó Vibal.

La versión final de la página será presentada en agosto en Manila durante la feria 'Manila International Book Fair'.



Fuente: Terra Actualidad - EFE

domingo, 18 de noviembre de 2007

Un espacio para leer


Andreas Kurz 


Profesor de Literatura del ITESM.
ankurz@avantel.net


Un acertijo para empezar. Estoy en un lugar público muy prominente de la Ciudad de México, sentado a una mesa que comparto con tres personas: una pareja de aproximadamente 20 años ambos, un joven de unos 25 años. éste observa la pantalla de su computadora portátil conectada a Internet, mientras escucha canciones de U2. La pareja intercambia fotos de sus vacaciones pasadas y las comenta en voz alta. En las mesas vecinas hay escenas similares, aunque destaca la heterogeneidad de sus tripulaciones: niños de 15 o 16 años, gente adulta bien vestida, punks y hippies viejos y jóvenes, señoras y señores respetables. Cada dos minutos suena un celular, admiro la variedad de timbres, las llamadas se contestan y se entablan conversaciones mínimas o pláticas largas, todas en voz alta, muy alta a veces. Oigo gritos, risas, carcajadas, inclusive disputas. ¿Dónde estoy? Respuesta: en la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México. Escenarios parecidos pueden observarse en otras bibliotecas universitarias y públicas. Parece que sirven para muchas cosas, aunque no para leer. Parece que las salas de lectura son en primer lugar generadoras de ruido, lugares de reunión, centros sociales.

No en todas las bibliotecas se posee el derecho de sacar los libros, no todos los documentos son prestables, no puede fotocopiarse todo, no todo está disponible en JSTOR u otros acervos electrónicos. Las grandes bibliotecas siguen siendo imprescindibles para cualquier labor de investigación seria, inclusive para muchas consultas cotidianas, por ende también el trabajo en ellas aún es inevitable. Trabajar en una biblioteca significa leer, explorar documentos, ficheros digitales o en papel. Un trabajo forzosamente silencioso que requiere de un entorno silencioso. Para poder disfrutar de este entorno tengo que pedir a mis vecinos cada cinco minutos que se callen, lo que es molesto, o esperar que existan celdas herméticamente cerradas para la lectura, lo que no es frecuente, y además es vergonzoso.

Experimenté, años ha, dos conceptos de biblioteca que permitían el trabajo silencioso. La biblioteca burguesa transforma la sala de lectura en un templo. Rodeado de libros representativos, el lector digiere los documentos en medio de una calma sepulcral. Un ataque de tos se percibe como una intromisión blasfema. Se trata de la biblioteca del "Bildungsbürgertum" alemán que refleja un canon bien establecido de conocimientos culturales. La música, la pintura,
el teatro se reciben a través de la palabra escrita, es decir, leer y escribir significan también escuchar un concierto, ver un óleo, etcétera. Cultura equivale a palabra escrita y leída dentro de un marco receptivo preestablecido. Se conoce, se sabe cómo generaciones anteriores conocían y
sabían. Cuando, con la Segunda Guerra Mundial, el "Bildungsbürgertum", la burguesía culta, se disuelve, con él deja de existir su concepto cultural, se vuelve impracticable por petrificado. Cualquier lector desesperado del Thomas Mann tardío me daría la razón. Se vuelve inadecuada también la idea de biblioteca-templo, biblioteca-tumba, aunque sigue vigente en las grandes
bibliotecas nacionales y universitarias europeas, verdaderas ballenas que podrían dar un significado inesperado y no deseado a la obra de Gabriel Orozco.

El otro concepto de biblioteca silenciosa que conozco es el de la biblioteca obrera. La idea es simple: todo debe ser asequible para todos, gratuito, en casa o durante el descanso de mediodía. La idea es noble y funciona cuando lo tenemos que ver con un obrero ideal que busca incurrir en un campo enemigo, o sea, la erudición que, Lukacs y Brecht lo saben, es profundamente burguesa. El propósito se vuelve ilusorio cuando de producir ideas nuevas se trata. No creo que Horkheimer o Adorno hayan escrito sus textos con la ayuda de una biblioteca obrera.

Por razones históricas se trata de dos conceptos impracticables en 2007, doblemente impracticables en el México de 2007, donde condiciones geográficas y demográficas impiden su aplicación. Aun así, me permito rescatar dos fundamentos presentes en ambos conceptos.

El acceso a los libros debe ser gratuito o lo más barato posible. Comprar libros es un lujo que relativamente pocos pueden permitirse. Si el apetito del lector es grande, más cara resulta la adquisición. Una perogrullada. El precio uniforme para los libros, practicado en Europa y exigido en México por Gabriel Zaid, entre otros, haría la compra más económica, sobre todo en una ciudad como el DF, pues el costo para viajes a librerías bien surtidas y "baratas" disminuiría.1 Mas, y Zaid lo sabe mejor que nadie, el precio único no sería suficiente. Se necesitan espacios idóneos para la lectura. Se necesitan bibliotecas públicas y universitarias funcionales, el segundo fundamento al que aludí. Nada menos funcional que la biblioteca-templo. No incita a la lectura, espanta. Nada menos funcional que el escenario descrito al comienzo de este texto: los libros se vuelven decoración para la tertulia. Nada menos funcional que sacar "todo" para leerlo en casa, donde suele haber distracciones que impiden la lectura, los libros se devuelven vírgenes o el préstamo se prolonga indefinidamente.

Parece que estamos ante un callejón sin salida. El concepto tradicional burgués­ de lectura no puede tener ninguna atracción para las generaciones que crecen con iPods y celulares multifuncionales. Leer = silencio, leer = atención incondicional. La música distrae, mejor dicho: requiere ella misma de atención no compartida, los ruidos de fondo desvían la concentración, la calidad de lectura baja. Resultado: estudiantes universitarios no saben resumir contenidos simples. Nada contra la recreación, mas si un sencillo ejercicio de lectura en el nivel más básico se convierte en creación sin "re", empiezo a dudar del valor educativo de la lectura en la universidad.

Estoy en una situación muy privilegiada. Como maestro quien está en contacto amistoso con muchos de sus estudiantes de materias diferentes ­letras, comunicación, pero también economía y leyes­ me entero de los hábitos de lectura de la futura élite mexicana. Los comportamientos más frecuentes me parecen ser: leer y escuchar música al mismo tiempo; leer mientras se estudia ¿leer no es estudiar?­; leer durante el desayuno, la comida, la cena; leer en una biblioteca ruidosa mientras que se escucha música, se come, se estudia

Es desesperante. La lectura, la buena lectura, no tiene lugar en el hábitat de la generación joven, y percibo como tal a los que nacieron después de 1980 aproximadamente. Creo que sí quieren leer, pero jamás se les enseñó cómo leer. Por otro lado, los que sí lo saben, porque siguen percibiéndolo como un privilegio, no disfrutan de las condiciones socioeconómicas ideales para practicarlo.

Veo dos opciones para generar un entorno favorable a la lectura. La más democrática, aunque también más utópica y, quizá, contraproducente: las bibliotecas y los acervos logran digitalizarlo todo, absolutamente todos los documentos, también los históricamente valiosos y celosamente reservados, y logran, al mismo tiempo, ponerlos a la disposición de todos los que quieran consultarlos. Se necesitaría una maquinaria costosa y complicada, además de un personal numeroso y bien preparado que sirva como intermediario entre documentos y users. Un escenario ideal, pero impracticable.

La segunda opción podría consistir en un esfuerzo de preparatorias y universidades públicas y privadas para acercar estudiantes y bibliotecas. Nada de "el conocimiento con sangre entra". Visitas forzadas sólo aumentarían el número de decibeles en las salas de lectura. Se trata simplemente ­pero, ¡qué difícil es este simplemente!­ de explicar a los lectores potenciales ­jóvenes
y viejos, profesionales y aficionados, principiantes y aun investigadores expertos­ la idea de que las bibliotecas son los cerebros de las universidades y ciudades. Cuando entendamos la lacónica frase de Marcel Proust, en la tercera parte de A la busca del tiempo perdido, que constata que las ciudades se conocen mejor mediante el estudio en sus bibliotecas, que mediante las visitas a sus símbolos arquitectónicos, entonces habremos entendido lo que puede significar la lectura. Una propuesta ingenua y probablemente no realizable, lo sé, aunque sí creo que vale la pena tratarlo, más en México que en el viejo continente, pues estoy convencido que de ello depende en buena medida el funcionamiento de una democracia.

El primer paso es sencillo y corresponde, como mucho en este artículo, a una exigencia de Gabriel Zaid. Bibliotecarios y libreros deben ser competentes. Un bibliotecario debe saber, por lo menos, cómo leer una lista de títulos, saber qué realmente son bibliografías y hemerografías, y ubicarse en las más importantes ­tradicionales y electrónicas­ entre ellas. Un librero debería saber, por lo menos, ubicarse y ubicar al cliente en el mar de publicaciones nuevas y ediciones "raras", entender que el fracaso, si una búsqueda en su computadora no da ningún resultado, se debe probablemente a su propia ignorancia y a la del cliente, y no a la no-existencia del libro.

Dos escenas esperpénticas para terminar: critica el maestro: "Tu trabajo sobre el neoliberalismo se basa en una bibliografía muy pobre". Se defiende el alumno: "Es que no hay nada sobre este tema". Consulta de un cliente en Gandhi: "Podrías checar si tienes 2666". Respuesta inmediata del empleado (¿librero?): "Un título así no existe".

Son dos escenas de la vida real. Hay que procurar que tengan su lugar sólo en parodias hiperbólicas.



Notas
1 Gabriel Zaid, "Hacia un país sin librerías", en Letras Libres, núm. 96, diciembre de 2006, pp. 44-47.

viernes, 16 de noviembre de 2007

En 60 días se podrá consultar en Internet el archivo histórico de Cancillería


Hay cincuenta millones de folios con documentos del Virreinato, actas fundacionales, cartas de Sarmiento y de Rosas o correspondencia de líderes de todas las épocas. Lo podrán consultar científicos e investigadores.

"Recibiremos a científicos, investigadores, a todos los que quieran trabajar. Era un deber para nosotros y hacia la historia nacional", decía el canciller Jorge Taiana tras el recorrido inaugural por los 7.000 metros cuadrados del archivo. Lejos del arquetipo laberíntico y polvoriento, cada caja y documento aparece rotulado en prolijos estantes. Los ventanales se abren hacia el puerto y aunque dicen que las condiciones son mejores que las que había antes, por lo bajo alguien de Cancillería confesaba que un archivo tan cerca del río no es lo ideal. "Igual, la humedad es algo de todo Buenos Aires", justificaba uno de los miembros del equipo de conservación, que ahora tendrá un espacio de trabajo propio.

En varias mesas de la habitación que ocupa el centro del tercer piso ayer mostraban algunos de los documentos que alberga el archivo. Entre volúmenes con correspondencia de diplomáticos del siglo XIX y un detallado informe -en inglés y castellano- sobre la repa triación del cadáver de Juan Manuel de Rosas en 1989, la nota de color la daba un pedido que la Embajada de Alemania le hizo a la Cancillería durante la Segunda Guerra Mundial. Pedían que se tome medidas contra la revista Alerta! porque había publicado, en plena avanzada germana, una caricatura en la que Hitler tortura a una serie de mujeres que encarnan a Rumania, Hungría o Polonia.

"El archivo estaba dividido entre el depósito, un contenedor y un garaje, era difícil trabajar -recor daba Eduardo Villalba, director del Archivo de la Cancillería-. Ahora, cada día aparece algo nuevo. Me impresionó mucho la correspondencia de Sarmiento como embajador en Estados Unidos, esa sensación de que se está construyendo un país. Hay un informe que hizo sobre la fundación del Cuerpo de Caballería de Estados Unidos, que en esa época venía a ser algo como la aviación. Había avidez por comunicar, porque las cosas lleguen". Villalba también destaca los telegramas de los cónsules que en los 40, "con medios limitados", trataban de organizar la búsqueda de vapores perdidos en medio de la guerra. Sin dar fechas, dice que la Cancillería "avanza en el proyecto" de un edificio que reúna el Museo de la diplomacia, la biblioteca y el archivo.

Otras joyas son el material sobre los primeros años del Virreinato (copias de los Archivos de Simancas -1502-1771- e Indias -1539-1807-), una carta de Napoleón III al presidente Bartolomé Mitre en 1862, correspondencia de Rosas, documentos sobre las gestiones del ministro de Relaciones Exteriores Saavedra Lamas por la paz en la Guerra del Chaco (1932-1935) o cruces de opiniones entre la diplomacia del primer peronismo y los Estados Unidos. "Uno de los documentos más antiguos -cuenta Julia Scarensi, responsable del Archivo histórico- son las copias de las actas de fundación de Mendoza y San Juan, de principios del XVI".

Durante ese tiempo, el Archivo permaneció en el piso superior de un área de combustibles de la Policía Federal, en Barracas, a orillas del Riachuelo, hasta que recientemente el Ministerio de Economía cedió un piso de dimensiones monumentales dentro del único edificio que la Nación construyó para ser destinado a archivo en Retiro.

Allí, la Contaduría General de la Nación digitaliza por estos días todas las cuentas financieras del país. Hacia ese edificio, un exponente de mediados del siglo XX, sólido y en buenas condiciones, fueron trasladados casi 13.000 bultos reacomodados en 84 cuerpos de estanterías. En una sala acondicionada para la catalogación y posterior digitalización se compró equipamiento tecnológico, computadoras, escáneres, lectores de microfilms y otros equipos para el trabajo, que estará a cargo de 25 personas.

Por falta de personal y un lugar adecuado, su acceso estuvo restringido en los últimos 35 años. En su sede provisoria en Puerto Nuevo, ya se iniciaron 74 búsquedas.Más del 50% de los fondos se encuentran fichados en el Archivo, cuyo encargado es Carlos Dellepiane. Pero el principal trabajo será la digitalización que pondrá al Archivo en la Red, al alcance del mundo.

Fuente: Diario Clarín
http://www.clarin.com/diario/2007/10/22/um/m-01524576.htm

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Las ventajas de las redes bibliotecarias para brindar servicios de calidad

Patricia Allendez Sullivan y Marta Teresa Rubino

Introducción

Hasta hace poco tiempo nuestras bibliotecas estaban ubicadas en el primer peldaño de la carrera de actualización: la informatización. No todas han superado ese estadío; muchas de ellas tan siquiera han comenzado la carrera. Sin embargo, las bibliotecas más importantes de Argentina hoy tienen sus catálogos automatizados y “colgados” de la web. Sin lugar a dudas este ha sido el paso más costoso en inversión de dinero, tiempo y personal. Estas bibliotecas que han terminado de hacer sus primeros deberes hoy se encuentran en su segundo peldaño: el de ofrecer servicios nuevos a sus usuarios.

La automatización de sus catálogos permitió brindar un acceso más eficiente a sus fondos, a la vez que las obligó a efectuar un relevamiento del material existente. Esta tarea insumió una gran cantidad de horas de trabajo, para lo cual se empleó a becarios (estudiantes avanzados de bibliotecología y data entry). Luego, en una segunda etapa, hubo que realizar un control exhaustivo de registros.

La reestructuración continuó con la automatización de las funciones de gestión (adquisiciones) y de control de préstamos.

Cumplimentadas estas primeras tareas, las bibliotecas han tratado de brindar servicios de calidad y valor agregado; esta tarea resulta difícil en países como el nuestro que contínuamente sufren períodos de crisis económica.

Sabemos que por razones presupuestarias todas las unidades de información no se encuentran bien aprovisionadas de material bibliográfico. De modo que han decidido entablar vías óptimas de cooperación, única alternativa de brindar servicios de calidad a sus usuarios.
Analizando la problemática económica los bibliotecarios han advertido que la inmediatez en el acceso a la información es una necesidad prioritaria en nuestra sociedad, de modo que hoy los expertos de diferentes áreas consideran que se ha desarrollado una nueva “revolución industrial” basada en las telecomunicaciones.

Si bien en el pasado las bibliotecas eran custodias de la información, en nuestro presente son el medio de acceso a la información sin importar el lugar en que esta se encuentre. Este cambio es posible por su integración en redes de comunicación.

Estamos transitando en la era de la cooperación y de compartir recursos informativos, la cual resulta dificultosa ya que no todos los centros han logrado la automatización total de los fondos bibliográficos. Muchas instituciones lo han logrado parcialmente del material más reciente, pero sus fondos retrospectivos aún se deben consultar en catálogos manuales. Además, todas las estructuras organizacionales no permiten a su personal bibliotecario formar parte de redes de cooperación y optimización de recursos. Sin embargo, aquellos que ya se encuentran en el tercer peldaño hoy se plantean variadas preguntas como:

 ¿Qué ventajas conlleva esta inversión tecnológica?
 ¿Es posible el trabajo en línea real de los profesionales?
 ¿Están preparados para ello?
 ¿La actualización de los fondos se realiza de forma periódica?
 ¿Seguiré teniendo mi propia independencia en cuanto al control de la información ofrecida?

La red de bibliotecas

En sus primeros años el trabajo en las bibliotecas se llevaba a cabo de manera aislada y suficiente. Con el paso del tiempo los bibliotecarios comenzaron a emplear el concepto de cooperación e intercambio, así llegamos al presente en el que utilizamos el término red. Este tipo de trabajo hoy puede ser implementado gracias a los avances de la telemática.

En todas las reuniones de expertos del área se menciona el término red, pero ¿qué son básicamente las redes bibliotecarias?, ¿se diferencian de los catálogos colectivos? Podríamos afirmar que son una expansión tanto a nivel organizacional como territorial de un sistema bibliotecario corriente completo, por lo tanto constituyen la forma más eficaz y adecuada de interconectarse en un mundo globalizado.

En la literatura científica se plantea la necesidad del “trabajo en red” en el mundo de las bibliotecas y centros de documentación. Los conceptos “red”, “cooperación” y “sistemas de bibliotecas” están presentes en todos los estudios sobre planificación de unidades de información. En realidad, hoy hablamos de “redes electrónicas” de información, el calificativo utilizado se refiere al empleo de las ya tan nuevas tecnologías que produjeron en su momento una verdadera revolución en los servicios bibliotecarios.

Entendemos por red bibliotecaria el plan o procedimiento en el que las unidades de bibliotecas trabajan juntas compartiendo servicios y recursos de manera que dé como resultado mejores servicios a los usuarios de las bibliotecas.

El trabajo en red es fundamental al considerar a las unidades de información como puertas abiertas a la información cuya ubicación física se encuentra diseminada en el sistema de unidades cooperantes. La red asume el trabajo en equipo en desmedro del trabajo aislado efectuado en la antigüedad.

La red, además, tiene su sentido en el hecho ineludible de que ninguna biblioteca puede responder a todas las demandas de sus usuarios, ya que sus recursos financieros no le permiten adquirir todo el material bibliográfico que necesitaría para cada una de las demandas de sus clientes.

Las directrices y normas internacionales como las de la IFLA y la UNESCO asignan a las unidades de información variadas funciones como:

 Organizar el conocimiento
 Intermediar entre las tecnologías tradicionales y las de punta
 Recopilar y distribuir la información dentro de la comunidad
 Dinamizar el hábito lector, impulsar la creatividad y proponer alternativas para el ocio colectivo e individual
 Fomentar el acceso a la información de todos los ciudadanos
 Formar al usuario en las nuevas tecnologías
 Fomentar la diversidad e intercambio cultural al igual que al integración social

Indudablemente, para poder asumir este compromiso las unidades de información deben pactar la cooperación a través de la formación de redes.
La creación de redes con el propósito de compartir objetivos de forma cooperativa enriquece notablemente el funcionamiento diario de la institución. Las redes poseen una estructura formalizada orientada a establecer relaciones permanentes de cooperación, ya sea para intercambiar información o –por medio de convenios– compartir recursos y/o servicios.
Las bibliotecas deciden integrar una red por diversas razones:

 Aumentar la competitividad de los servicios.
 Lograr una mayor eficacia y eficiencia en el nivel de sus servicios.
 Optimizar esfuerzos y recursos, minimizando costos.
 Intercambiar conocimientos técnicos, por medio de la formación permanente.
 Obtener servicios directos para el usuario.

Pertenecer a una red bibliotecaria significa estar ligado a un compromiso, no sólo de nivel cooperativo, sino también de tipo contractual, porque se materializa en un convenio escrito que debe formalizarse y regularse.
Funciones y tipos de redes
Las funciones de las redes van desde una colaboración ocasional a una integración completa. La cooperación de las bibliotecas que componen la red evoluciona hacia una coordinación puesto que ésta es necesaria para un buen resultado. Esta coordinación pactada es básica para adoptar decisiones de cualquier tipo. Suele ser la biblioteca que tiene mayores posibilidades de suministrar los documentos la que se convierte en centro de la red y suele ser la responsable de la base de datos común.
Podemos distinguir los siguientes tipos de redes:




























Estos tipos de redes se pueden combinar.
Estructura de las redes
Distinguimos las siguientes estructuras:

 Descentralizada: todas las unidades se conectan entre sí. Los enlaces son más cortos pero la gestión es más complicada. Se trata de una red en forma de anillo, no tiene un nodo de procesamiento central pero se diferencia en que la comunicación tiene que seguir un orden determinado.
 Centralizada: existe una biblioteca que es jerárquicamente más importante y es el centro (una biblioteca central y sus sucursales). Se dice que una red tiene configuración en forma de estrella cuando los procesos más importantes se centralizan y controlan en la biblioteca central. Este tipo de configuración de red presenta el inconveniente de que al tiempo de procesamiento de una consulta en los centros se añade el tiempo de procesamiento en el nodo central, por ejemplo la OCLC.
 Mixta: algunas funciones o ciertos niveles geográficos están descentralizados y otros centralizados.
Áreas de aplicación
Las áreas de aplicación de las redes son fundamentalmente:

1. Catalogación

a) Centralizada: implica la existencia de una autoridad central que asume responsabilidades sobre la catalogación y clasificación del material y lo pone a disposición de otras bibliotecas (por ejemplo, The Library of Congress), que desde 1901 ha puesto a disposición de las bibliotecas fichas impresas que contenían los datos catalográficos, número de clasificación de la LC o de Dewey y encabezamientos de materia.
Al llegar la informatización se consiguió la producción y distribución de los datos antes citados en un formato legible por máquina que permite a cada biblioteca obtener y producir el catálogo que desee.
Además, hay servicios comerciales en Estados Unidos que proporcionan fichas catalográficas y otros servicios. Por ejemplo, Catalog Card Corporation of America ofrece un catálogo de fichas impreso a partir del ordenador según las indicaciones de cada biblioteca individual.
En el Reino Unido existe un servicio centralizado similar al de la LC de Estados Unidos. La División de Servicios Bibliográficos de la British Library se fundó en 1950 y consistía en una lista impresa con entradas clasificadas y ordenadas según la Clasificación de Dewey y además hay unos índices de autores, de títulos y de materias. Vemos que se diseña más bien como una bibliografía nacional (los registros podían cortarse y pegarse en fichas), pero en 1956 se empezó un servicio de fichas impresas hasta 1978, pero eran un subproducto de la bibliografía nacional omitiendo publicaciones gubernamentales, mapas.

b) Cooperativa: supone que una serie de bibliotecas se ponen de acuerdo para compartir el trabajo de catalogación y el resultado obtenido es un catálogo colectivo que contiene los registros y las localizaciones del material de las distintas bibliotecas. El primer ejemplo de catalogación cooperativa es el National Union Catalog.
Un ejemplo que contiene elementos de catalogación centralizada y cooperativa es el Shared Cataloging Program que es el resultado del acuerdo pactado en 1965 entre la Asociación de Bibliotecas de Investigación y la Biblioteca del Congreso. Un cierto número de bibliotecas recibía el conjunto de las fichas de la LC a cambio de cierta información catalográfica. El Programa de Catalogación Compartida se integra dentro del Programa del Control Bibliográfico Universal (CBU).

c) Internacional: las ventajas se extienden a nivel internacional. Se materializa en redes especializadas en distintas áreas del conocimiento. Ejemplos a nivel internacional: Red Nacional de Información en Ciencias de Salud (R.E.N.I.C.S.): es un conjunto de unidades de información que actúan descentralizadamente, coordinando recursos y servicios para los profesionales de la salud. De la red forman parte 60 unidades de información en salud que utilizan el programa MicroIsis de la UNESCO y una metodología normalizada de trabajo desarrollada por BIREME.
AGRIS: para la ciencia y tecnologías aplicadas, especializada en agricultura.
UNISIST: sistema mundial de información científica.
UNIRED: red de redes de información económica y social. Está conformada por redes como CACOBE que nace por iniciativa de la biblioteca del Instituto para el Desarrollo Empresarial Argentino, REDICSA que provee información en ciencias sociales y ha sido una solución a la preocupación constante de los bibliotecarios de las ciencias sociales en Argentina por la dificultad en obtener información bibliográfica en este área y NAPLAN: sistema de información para la Planificación en América Latina y el Caribe. Esta red ha permitido que varios países de América latina pudiera crear sus propias redes de información nacionales (NAPLAN). La red NAPLAN Argentina provee de resúmenes de documentos sobre planificación, catálogos, bibliografías, etc.

2. Préstamo interbibliotecario

Es una aplicación importante de las redes de bibliotecas. La biblioteca que desea el libro lo pide a la biblioteca que lo tiene. La ventaja es que las bibliotecas pueden localizar los fondos en los catálogos colectivos de la red o en las bases de datos bibliográficas. El préstamo puede estar centralizado y canalizado a través de un centro de cooperación interbibliotecaria.

3. Servicios de consulta

Las redes ofrecen la posibilidad de acceder a bases de datos bibliográficas. La biblioteca realiza la consulta accediendo a la base de datos donde se puede obtener la información solicitada. Una vez obtenida la información se imprime y se entrega al solicitante.

4. Adquisición

La adquisición puede ser centralizada o cooperativa. Puede realizarse:

 Cada biblioteca integrante de la red se especializa en un área concreta. Por supuesto esto no implica prescindir de los materiales que son básicos para los usuarios de esa biblioteca, pero en cambio es muy útil esta cooperación para los materiales poco frecuentes.
 Propiedad conjunta con objeto de evitar igualmente la compra de material poco cesado.
 Comunicación de pre-adquisiciones (si va a exceder de cierta cantidad) y asignación (si lo que se va a comprar no es de la materia especializada que se tiene asignada pero esta compra interesa en un momento dado. La adquisición cooperativa está en relación con el préstamo bibliotecario.
Elementos de las redes
Los elementos necesarios para el buen funcionamiento de las redes y los sistemas son tres:


Elementos institucionales

Son los que aportan los recursos y fondos bibliográficos y a veces son sistemas bibliotecarios. Bibliotecas, centros de documentación. Los propios centros. A veces son sistemas completos como una entidad.


Elementos técnicos

Material técnico, infraestructura informática.

 Normativa, patrón común para los integrantes de la red. Estas normas las dan los organismos tales como la IFLA, ISO y la mayoría se refiere a la descripción bibliográfica puesto que los ficheros ya sean manuales o automatizados, son la base de la información que puede suministrar la red. También hay que normalizar el formato para intercambiar los registros (MARC, UNIMARC, protocolos de comunicación (para que se puedan conectar distintos tipos y marcas de ordenadores) recogido en la ISO 7498
 Medios mecánicos. Sistema informático, nuevas tecnologías en general, telecomunicaciones. Comunicaciones telefónicas. Nuevas tecnologías que tendrán una importancia especial para el préstamo. Por ejemplo, consulta simultánea por varios usuarios, lo que favorece la conservación del patrimonio bibliográfico

Elementos de gobierno y gestión

Los elementos de gobierno van a establecer los fines y objetivos de la red. Procedimientos para conseguirlos:

 Establecer los derechos y deberes de los integrantes
 Institucionalizar la red, que adquiera carácter de un ente con características propias
 Establecer los criterios de evaluación

En resumen, podemos concluir que para formar una red se requiere:

 que los participantes tengan conciencia de los beneficios que esta cooperación les acarrea
 tener unas condiciones tecnológicas y de infraestructura porque sin esos medios técnicos difícilmente se puede funcionar

Con la red se puede hablar de accesibilidad a la información desde distintos puntos de vista:

 acceso físico al documento
 acceso técnico de infraestructura
 acceso moral (se refiere a discriminaciones en todos los aspectos, raza, religión, política, censura, etc.)
 acceso intelectual
Ventajas de las redes bibliotecarias
Las redes bibliotecarias permiten suministrar información sobre contenido de un gran número de bibliotecas y publicaciones. En algunos casos se han extendido más a las fuentes bibliográficas, para ello han añadido el resumen y en ocasiones el texto completo. Actualmente la mayoría de las redes son bibliográficas más que textuales, es decir, dan la referencia más que la información aunque en algunos casos se pueden recuperar abstracts y cada vez tienen mayor importancia las bases de datos no bibliográficas.
Ponen los recursos de las bibliotecas a disposición de cada una de las bibliotecas restantes y de cada usuario cuando y donde se necesite.
Comparten el coste y el trabajo. En catalogación se comparte el trabajo, en la adquisición, el coste. Compartir el costo del trabajo supone que la base de datos que está en el nodo de la red se ha formado de una de estas maneras.
El trabajo es compartido (catalogación cooperativa). Las distintas bibliotecas de la red aportan sus registros a las bases de datos. Se comparte el costo cuando el trabajo lo hace una organización.

 Reducción del costo de los insumos por compra en grandes volúmenes
 Acceso a mercados de grandes pedidos
 Incorporación de alta productividad y alto costo
 Estimula la especialización
 Amplía las redes de contacto
 Facilita el acceso a la experiencia de otros sujetos relevantes
 Reduce la incertidumbre y mejora la capacidad de toma de decisiones
 Reduce el riesgo para la incorporación de nuevas tecnologías
 Utilizando la metodología correcta es posible facilitar su desarrollo
Conclusiones
Las bibliotecas argentinas se comprometen cada vez más con las nuevas tecnologías, pero actuar aisladamente no les permite crecer ni desarrollarse. Una alternativa valedera para encarar los cambios vertiginosos que se suceden y para no sucumbir a la explosión de la información y los recortes presupuestarios es sin duda la cooperación, y son precisamente las redes bibliotecarias las que ofrecen una gama de ventajas tales como poner a disposición los conocimientos a nivel mundial, en tiempo mínimo, en forma utilizable y a bajo costo.
De este análisis se desprende que las redes de bibliotecas se interrelacionan, permiten compartir actividades técnicas y administrativas que en el pasado resultaban tediosas y extensas, se puede administrar y controlar con mayor eficacia los recursos y servicios permitiendo ocuparse de otras tareas que se abandonaban por falta de tiempo.
La demanda de información aumenta año tras año, pero los recursos humanos y económicos con que cuentan las bibliotecas se recortan, es por ello que compartir tareas, información y recursos por medio de las redes de bibliotecas se hace una salida válida.
Seguir duplicando esfuerzos es inútil, la salida se encuentra en la cooperación que brindan las redes.
Bibliografía
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domingo, 11 de noviembre de 2007

Un libro hace grande a un chico


Es el nombre de un programa coordinado por un grupo de organizaciones de la sociedad civil (OSC) -cuyo trabajo está relacionado con la educación infantil en situación de vulnerabilidad- que tiene como objetivo entregar 5 mil bibliotecas a escuelas de distintas zonas postergadas del país en los próximos meses.

Las bibliotecas estarán constituidas no sólo por material de referencia frecuente (como atlas, enciclopedias, manuales, entre otras) sino que también contará con textos escolares adaptados a las edades de los chicos que concurren al establecimiento y su correspondiente mueble organizador.

Las OSC que participan del proyecto son: las fundaciones Noble, Andreani y Cimientos, y la Asociación de Padrinos de Alumnos y Escuelas Rurales (Apaer). Cada organización tiene asignado un rol específico. Así, mientras Apaer y Cimientos organizan las listas de establecimientos educativos, la Fundación Noble aporta los textos (muchos de ellos forman parte de la colección de publicaciones educativas del grupo empresarial, Tinta Fresca).

Por su parte, la Fundación Andreani será la encargada de la distribución del material. "Ubicar al libro en un lugar central en el proceso de enseñanza y aprendizaje, es darle a los chicos una herramienta más para acceder a una educación digna y de calidad, y cada vez más equitativa", explicaron desde Andreani.

Para solicitar mayor información, dirigirse personalmente a la Fundación Andreani, comunicarse telefónicamente al (011) 4016 0805 o enviar un correo electrónico a mftrebol@gmail. com.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Presentaron el prototipo de la Biblioteca Digital Mundial

Fue en el marco de la 34ª Conferencia General de la Unesco. El proyecto incluirá libros, manuscritos, mapas, grabados, fotos, música y películas, a los que podrá accederse a través de Internet. La publicación se realizará en español, portugués, francés, inglés, ruso, árabe y chino.

Presentaron en la Unesco el prototipo de la que será la futura Bliblioteca Digital Mundial (BDM). Incluirá libros, manuscritos, mapas, grabados, fotos, música y películas y se podrá acceder a ella a través de Internet.

La presentación del proyecto estuvo a cargo del director de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, James Billington, y se dio en el marco de la 34ª Conferencia General de la Unesco.

Las cinco instituciones asociadas a la creación del prototipo -además de la estadounidense- son las bibliotecas nacionales de Brasil, Egipto, Rusia y la Alejandrina. Sus representantes firmaron un acuerdo para "aunar esfuerzos" en la creación de la BDM, cuya maqueta propone un sistema de navegación y búsqueda por lugar, fecha, tema e institución participante. Así como la "digitalizació n de materiales excepcionales y raros procedentes de bibliotecas e instituciones culturales del mundo entero", afirmaron a través de un comunicado.

El proyecto prevé publicar en Internet no sólo libros, sino también manuscritos, mapas, grabados, fotografías, partituras musicales, grabaciones sonoras y películas. El prototipo incluye siete idiomas, el portugués y las seis lenguas oficiales de la ONU: español, francés, ruso, árabe, chino e inglés.

Otro de los compromisos que asumieron las instituciones es el de facilitar a los países en desarrollo las herramientas y equipos necesarios para la digitalizació n de materiales de archivos y bibliotecas, para que el proyecto cuente con una representació n global.

Fuente: Diario Clarín
http://www.clarin. com/diario/ 2007/10/18/ um/m-01521843. htm

martes, 6 de noviembre de 2007

¿Apocalípticos o integrados? Sobre el fin del libro


Por Juan José Sebreli

¿Cómo se explica que mientras aumenta la cantidad de publicaciones y el alfabetismo se extiende en todo el mundo haya una aparente disminución del número de lectores? A los nostálgicos habrá que recordarles que la Edad de Oro de la lectura nunca existió, pero en contra de las predicciones que anuncian el fin del libro, el sociólogo cree que lo que vivimos es una “crisis del libro”, sintomática de una sociedad en transición. “El libro no tiene por qué morir ni tampoco es necesario para su supervivencia renunciar a las innovaciones técnicas”, asegura.

El fin del siglo XX y el fin del milenio alentaron las teorías de los “fines” y las “muertes” de muchas cosas que se creían eternas, se habló del fin de las ideologías, del fin de la filosofía, del fin de la historia, del fin de Occidente, del fin de la modernidad. En tanto el doble acto de leer y escribir es un típico producto de la modernidad, los posmodernos no podían dejar de pensar en el fin de la cultura escrita, en la muerte del libro. El libro pertenecería, según estas concepciones, al declinante paradigma moderno y sería sustituido por los medios audiovisuales, la biblioteca por la pantalla electrónica, la letra por la imagen y el texto por el hipertexto, la intertextualidad, el hiperespacio y los multimedios.

Simétricamente opuesta a esa posición está la de los neorrománticos antitecnológicos a los que Umberto Eco llama “apocalípticos” ; esos melancólicos nostálgicos coinciden, aunque con distinto signo, con los posmodernos en la creencia del derrumbe irresistible de la cultura moderna.

Contra esas dos posiciones igualmente unilaterales es posible recuperar el pasado, renovando su herencia y preparar a la vez las condiciones del futuro. El libro no tiene por qué morir ni tampoco es necesario para su supervivencia renunciar a las innovaciones técnicas.

A los nostálgicos habrá que recordarles que no hubo tal Edad de Oro de la lectura, que el paraíso cultural perdido que añoran nunca existió. Hasta mediados del siglo XIX, la inmensa mayoría de la humanidad –y en especial la mujer– era analfabeta, y eso ocurría en plena era Gutenberg, cuyo ocaso hoy se lamenta.

En contraste, en las últimas décadas del siglo XX la matriculación en la enseñanza primaria aumentó en el mundo dos tercios. Además, el asombroso desarrollo de la tecnología informática ha tenido un fuerte impacto en la cultura y en la industria del libro en particular. Las nuevas técnicas de impresión abarataron considerablemente la publicación de libros. A pesar de la competencia con el cine, la radio, la televisión, el disco, el video, Internet y otros productos de última generación, los libros se multiplicaron. Hay grandes editoriales transnacionales que llegan a publicar un millón de libros por día en todo el mundo, y en las sociedades avanzadas, las ediciones de bolsillo alcanzan la suma de 1 a 5 millones de ejemplares de tirada por título, cifras impensables en el pasado. Enormes librerías se abren en las grandes ciudades, incluso en la Buenos Aires sacudida por la crisis. Por otra parte, la televisión, que como toda técnica es un arma de doble filo, si bien la programación de canales de aire es contraria a la cultura, algunos canales de cable transmiten biografías de escritores y versiones de grandes novelas que pueden incitar a la lectura.

Los nostálgicos alegarán, no sin razón, que la producción masiva ha provocado un mayor número de malos libros, literatura basura, los no-libros que hoy llenan las listas de best sellers. Sin embargo, no debe olvidarse que los malos libros siempre fueron más que los buenos –el talento es escaso– y que el tiempo ha servido de tamiz para que sólo se conservaran los mejores.

Faltan las estadísticas adecuadas para develar el enigma que representa el aumento de las publicaciones y la mayor difusión del alfabetismo y, a la vez, la aparente disminución del número de lectores, sobre todo de la calidad de ese lector permanente y omnívoro, de lecturas extensivas e intensivas, el que lee todos los días, visita una librería de la que es asiduo y donde puede consultar a un vendedor especializado, esas mismas librerías familiares que son reemplazadas hoy por grandes supermercados de libros con vendedores que se limitan a consultar la computadora. Las grandes ventas se basan en los lectores circunstanciales, el que lee de vez en cuando, el que compra libros para regalar, el lector de vacaciones, el que elige el libro de un autor que ha visto en televisión. También son muchos los compradores de libros que no leen. De otra manera, no puede explicarse que obras muy difíciles como El ser y la nada de Jean-Paul Sartre haya sido un best seller, o que Theodor Adorno se venda en los kioscos de diarios o en las góndolas de los supermercados

La Feria del Libro es un fenómeno de masas paradigmático de esta contradicción: es visitada por miles de personas, que el resto del año no entrarán jamás a una librería. La Feria satisface ese pseudo-comunitarism o de los actos masivos del evento deportivo o el festival de música pop, con ecos de aquellas concentraciones de masas de los totalitarismos políticos del siglo pasado. Cuando Jürgen Habermas vino a Buenos Aires, hubo fila de varias cuadras para entrar en el salón de conferencias, por lo que el autor, muy asombrado –y algo disgustado–, exclamó: “No soy un autor de masas”. En efecto, muy pocos de esos asistentes podrían entender sus abstrusos textos, sólo iban por la curiosidad de ver a una notoriedad mundial.

La escasez de lectura es notoria entre los jóvenes argentinos, los libros leídos no llegan al uno por ciento anual. La cultura juvenil pop privilegia el deporte, la imagen y en especial el sonido por sobre la letra. El fracaso masivo de los estudiantes secundarios en los exámenes de ingreso a la facultad, sobre todo por su incapacidad para comprender los textos, revela la falta de lectura. Es frecuente además que los profesores de las escuelas de periodismo se quejen de que sus alumnos no leen el diario, y los profesores de Letras se alarmen porque los estudiantes no leen novelas. Dado que el hábito de la lectura se adquiere en esos años, es dudoso el destino del libro cuando esas generaciones aletradas tomen la posta.

Las contradicciones del libro y su lector no hacen sino reflejar los cambios de la sociedad actual. George Steiner lamentaba la desaparición de un tipo humano que lee en la tranquilidad de una habitación –el “cuarto propio” de Virginia Woolf– , donde sea posible aislarse y estar rodeado de silencio. La añoranza de Steiner tiene sin duda algo de elitista ya que el lector al que alude pertenecería a un estrato social con una situación económica desahogada, con buena educación, con una casa lo suficientemente espaciosa y gustos cultivados a través de años de ocio y estabilidad. Pero hay aspectos de la queja de Steiner que superan los límites clasistas y tienen un valor universal. El silencio y la tranquilidad siguen siendo necesarios para la lectura y resultan cada vez más difíciles de encontrar en las ajetreadas megalópolis. El ruido, el hacinamiento, la obsesión por la rapidez, el espíritu gregario, el predominio de lo grupal sobre lo individual, no encontrarán satisfacción en una actividad íntima y solitaria como la lectura.

A pesar de todas esas incitaciones que alejan al individuo de la lectura y en contra de las predicciones apocalípticas que anuncian el fin eminente del libro, pienso que más que de una decadencia se trata de una crisis del libro, sintomática de una sociedad en transición. Dentro de algunos años, tal vez, las disquisiciones actuales sobre los “fines” sonarán tan anticuadas y marchitas como la mayor parte de las predicciones de este tipo. Se decía que la fotografía acabaría con la pintura, el cine con el teatro, la televisión con el cine. El único fin que seguramente sobrevendrá será el de la teoría del fin del libro.

Fuente: Diario Perfil
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0187/articulo.php?art=1056&ed=0185

sábado, 3 de noviembre de 2007

´E-Ciencia´ publicada por y para todos

En las siete universidades públicas de la Comunidad de Madrid, pertenecientes al Consorcio Madroño, se han presentado dos proyectos digitales de gran interés para la comunidad académica e investigadora: el repositorio abierto de documentos digitales institucional de cada universidad y e-ciencia, un buscador de archivos abiertos.

E-ciencia es un portal de la investigación que realizan los principales centros científicos y académicos de la Comunidad de Madrid, donde se pueden consultar artículos, tesis, papers, etc, en cualquier momento y de forma gratuita a través de Internet, en la página www.madrimasd. org.

El objetivo de los repositorios institucionales es reunir, archivar y preservar la producción intelectual de la comunidad universitaria y ofrecer acceso abierto a la misma para conseguir una mayor visibilidad nacional e internacional. Las colecciones de documentos archivados, abarcan actualmente tesis doctorales, documentos de trabajo y artículos, o videos aunque en breve se incorporarán otros tipos de documentos, como preprints, postprints, ponencias, informes y revistas editadas por las universidades.

Hasta ahora, el depósito de los documentos en los repositorios ha sido llevado a cabo fundamentalmente por las Bibliotecas de las universidades; se han ido recopilando y ?subiendo? los contenidos, aunque es fundamental que sean los propios autores/investigado res de los documentos los que alimenten el sistema al colgar ellos mismos de una manera sencilla sus artículos y trabajos. Con ello conseguirían incrementar de forma inmediata la visibilidad de su trabajo, con todos los beneficios que conlleva para los investigadores y la Universidad en particular y para la ciencia y el conocimiento en general.

Toda esta información, y la que generen los centros adscritos a esta iniciativa -las siete universidades públicas madrileñas, el CSIC, próximamente el CIEMAT y cualquier otra institución interesada- se puede consultar de forma sencilla a través de la web de e-ciencia (www.madrimasd. org/informacioni di/e-ciencia), que centraliza toda esta red de archivos, y que permite realizar búsquedas de contenidos y ofrece información sobre cómo archivar documentos o sobre aspectos relacionados con los derechos de autor. Este portal está operativo desde finales del pasado año y a día de hoy tiene archivados y disponibles un total de 16.345 documentos integrados en los diferentes e-archivos institucionales.

Estos proyectos se basan en el movimiento internacional de acceso abierto (open access) que defiende el acceso on line inmediato, gratuito, permanente y sin restricciones a contenidos de interés académico y científico. De esta manera, todas las instituciones que trabajan conjuntamente en estas plataformas digitales ofrecen a la sociedad una vía de acceso libre a la producción científica que generan.

La presentación de estos proyectos tuvo lugar los pasados días 24 al 27 de septiembre en el marco del ciclo de las "Jornadas de difusión del portal e-ciencia y de los archivos abiertos de las universidades de Madrid", organizadas en el marco del Año de la Ciencia 2007, por el Consorcio Madroño de Bibliotecas de Universidades de Madrid, en colaboración con la Comunidad de Madrid.

Los repositorios de archivo abierto de cada universidad están disponibles en:
-e-bua, Universidad de Alcalá: dspace.uah.es/ dspace/
-E-Prints Complutense, UCM: www.ucm.es/eprints
-e-Spacio,UNED: e-spacio.uned. es
-Archivo Digital, UPM: oa.upm.es/
-BURJ-DIGITAL, URJC

Fuente: http://www.ibercampus.es/articulos.asp?idarticulo=4269