martes, 26 de febrero de 2008

De Alejandría a Google Books

La mayor obsesión libresca a punto de ser realidad: una monstruosa
biblioteca virtual que contenga todo el conocimiento universal.

Por Maribel de Paz

(CARETAS, 31 Oct.07) - Kevin Kelly. Vapuleado por muchos, aplaudido
por tantos otros, Kelly es el hombre que, en su insaciable afán por
descifrar a dónde nos lleva el frenético avance tecnológico (fue
editor en jefe de la prestigiosa revista Wired), ahora forma parte del
creciente ejército de luminarias que enarbolan la bandera de la
paciencia.

Kelly, también, es partidario convicto y confeso del proyecto de una
biblioteca digital universal de libre acceso (la Forever Library), en
la que se pueda encontrar todos y cada uno de los textos publicados
desde el origen de la escritura. Y también, claro, archivos de audio y
video, mapas, fotografías, partituras musicales, y un largo etcétera
de documentos.

El proyecto, que en poco tiempo dejaría de ser cosa del futuro, acaba
de empezar a desarrollarse con fuerza por Google, de los
estadounidenses Sergey Brin y Larry Page, quienes en 2004 anunciaron
su inaudito plan de "organizar toda la información del mundo". Por lo
pronto, Brin y Page ya firmaron acuerdos con la Biblioteca Pública de
Nueva York y las universidades de Harvard, Oxford, Stanford y Michigan
para escanear sus colecciones. Solo en este último caso, Google planea
digitalizar siete millones de volúmenes en un plazo no mayor de seis
años.

No se trata, sin embargo, de un esfuerzo aislado. La Unión Europea
acaba de dar un paso más para la creación del proyecto MultiMatch, una
megabiblioteca digital que reúna todo el patrimonio cultural europeo a
un clic de distancia. Igualmente, la Biblioteca del Congreso de EE.UU.
viene desarrollando la World Digital Library. Esta funcionará en siete
idiomas e incluirá todo tipo de documentos raros provenientes de
bibliotecas e instituciones culturales del mundo entero. Un prototipo
acaba de ser presentado a mediados de octubre en París, con el aporte
de tres millones de dólares por parte de Google.

Sin ir muy lejos, en el Perú, María Luisa Thornberry, gerente del
proyecto Biblioteca Digital Andina (BDA), de la Comunidad Andina de
Naciones, se suma al grupo de entusiastas (ver pág. 72). La BDA no
tendrá los once millones de documentos con que cuenta la Biblioteca
Digital del Congreso de EE.UU., pero está a punto de implementar un
nuevo sistema que le permitirá ampliar su oferta de mil volúmenes
(entre incunables, literatura infantil y textos sobre integración y
biodiversidad), a cerca de cinco mil para el 2008. Preservación del
patrimonio cultural andino y libre acceso al mismo son algunas de sus
metas porque, como bien sabe Thornberry: "Hoy día, la información lo
es todo". Y junto a la BDA, la Biblioteca Nacional, a cargo de Hugo
Neira, también está a punto de concretar la digitalización de su
acervo con el aporte económico de Japón. Así, la biblioteca del futuro
podría ser pronto cosa del pasado. Todo, con una palabra clave en
mente: preservar.

Kevin Kelly, sin embargo, va mucho más allá, y ya tiene planeada la
elaboración del libro perfecto para su Forever Library, el Forever
Book. Este libro infinito sería una especie de manual en el que todo
el conocimiento del planeta tendría lugar y que, en última instancia,
constituiría un práctico kit para refundar la civilización misma.
Aunque quizá lo verdaderamente interesante no sea un libro que permita
refundar una civilización que a veces parece confundirse con la
barbarie misma, sino una que haga honor al nombre.

Paciencia, sin embargo, es lo que Kelly y la organización a la que
pertenece, la Long Now Foundation, busca promover. Paciencia para
leer, crear y hasta para pensar. En última instancia, paciencia para
vivir mejor. Según los académicos Hal Varian y Peter Lyman, solo el
año 2003 la producción total de información nueva producida en el
mundo alcanzó los 3.5 exabytes. ¿Cuánto es eso? 37 000 veces más
información que la contenida en la Biblioteca del Congreso de EE.UU.
¿Y cuánto es eso? Probablemente demasiado, y el tiempo corre. Allá él.

Fuente: BIBLIOS: Boletín

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