lunes, 5 de mayo de 2008

Los bibliotecarios salieron de compras

Los bibliotecarios salieron de compras

Gracias a un subsidio, los representantes de bibliotecas populares adquirieron en la feria libros pedidos en sus comunidades

Los pabellones de la Feria del Libro, habitualmente vacíos durante la mañana, se poblaron ayer con el entusiasmo de los responsables de 905 bibliotecas populares de todo el país, que pudieron invertir un mínimo de $ 1600 cada una en los libros que deseaban adquirir. Hoy se repetirá esa oportunidad.

Así, cumplirán los sueños de los lectores de sus comunidades que colaboraron en la confección de las listas con las que llegaron más de 1790 personas, entre bibliotecarios y voluntarios, gracias a un subsidio de la Comisión Nacional Protectora de las Bibliotecas Populares (Conabip), que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación.


"La gente está esperando que uno regrese, incluso quienes no te piden libros", comentó a LA NACION Cresi Demichelis, voluntaria de la biblioteca Asunción de María, del pueblo de Elena, en la provincia de Córdoba. Maximiliano Barragán, director de la biblioteca Presbítero Pascual Ruberto, de la localidad bonaerense de Berisso, dijo: "Los usuarios esperan la llegada y el momento de abrir las cajas y enseguida se quieren llevar los libros".


La directora de la Conabip, María del Carmen Bianchi, comentó a LA NACION que esta edición comenzó a organizarse el año pasado, y las bibliotecas tuvieron más tiempo para conocer los intereses de sus usuarios. Las bibliotecas populares compran los libros en la feria con un 50% de descuento en los stands de las editoriales adheridas al programa de la Conabip. Este año, participan 134 editoriales.


Un paisaje recurrente en la mañana de ayer eran los carritos con las cajas llenas de libros, largas colas frente a las cajas registradoras de las editoriales y brazos que apenas podían sostener las pilas de títulos que seleccionaban en cada stand.


Los autores elegidos eran variados: Jorge Luis Borges, Julio Verne, Stephen King, Roberto Arlt, Fedor Dostovieski, Doris Lessing, pasando por nombres vinculados a la "literatura comprometida" -que pidieron los lectores de una biblioteca-, como Rodolfo Walsh, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez. Y los temas, más diversos aún: yoga, geografía, anatomía, educación, feng shui, mecánica, diccionarios y atlas. Hasta el Kamasutra .


Ahorrar para más



Yasmili Rojas llegó a la feria como voluntaria para ayudar a su marido, que es el tesorero de la biblioteca Jesús Nazareno, situada en Guaymallén, provincia de Mendoza. Como tienen familia en Buenos Aires, decidieron ahorrar el dinero que recibieron en hospedaje para poder comprar más libros.

El presupuesto de la Conabip de este año para la compra de los libros es de 2.298.670, un 23% más que el año pasado. Sin embargo, en el último año el precio de tapa se incrementó entre el 20 y el 30%, estimó Horacio García, presidente de la Fundación El Libro.


Al respecto, Bianchi sostuvo que no todos los libros aumentaron en igual medida y que, en algunos casos, la suba fue del 5 o 10%, lo que permitiría este año a los bibliotecas adquirir más títulos debido al mayor presupuesto, que les otorga unos $ 300 más que el año pasado. En el país hay casi 2000 bibliotecas populares.


"Es una fiesta; es una maravilla poder elegir los libros y tener la plata para elegirlos", enfatizó con una gran sonrisa Alejandra Hernández, bibliotecaria de la institución Luis Piedra Buena, de la localidad de Las Grutas, en Río Negro.


Con 14 años, el joven Martín Elizondo es voluntario de la biblioteca popular Argentina, de Huaziul, en el departamento de Rivadavia de la provincia de San Juan. Es voluntario desde los 10 años y confesó que le encantan los libros, sobre todo los de historia. En sud brazos tenía los dos tomos de Buenos Aires, historia de una ciudad , de Mario Rapoport y María Seoane.


"Estamos tan lejos de todo, que ésta es la única posibilidad" , expresó Valeria Ruffinato, voluntaria de la biblioteca popular de San Guillermo, pueblo de 7000 habitantes en el centro noroeste de Santa Fe. Una distancia que por este fin de semana se acortó.


Por Laura Casanovas

De la Redacción de LA NACION

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