viernes, 4 de abril de 2008

Crónica de un libro devuelto

Cien años (y seis más) de soledad

Un texto impreso en 1902 fue devuelto después de muchas décadas a una biblioteca de Finlandia. Los más entusiastas creen que estuvo perdido desde comienzos del siglo XX

Por Adolfo Bazán Coquis



Anna-Mari Rantala todavía no sale de su asombro. Ella es la jefa de la biblioteca Lumo en Korso, uno de los 61 distritos de la ciudad de Vantaa, en la gélida Finlandia, al norte de Europa. Sin embargo, su nombre ha aparecido en periódicos de todo el mundo, ha narrado la misma historia decenas de veces y ha tenido la gentileza de responder --con implícito buen humor y en correcto inglés-- los correos electrónicos que le hemos enviado desde el Perú en los que le hemos pedido que, por favor, nos cuente más detalles.

Y pensar que toda esta fama se la debe a un libro. Un libro que alguien tomó prestado hace más de un siglo y que otro alguien --difícilmente, por cuestiones de edad, podría ser el mismo-- devolvió a comienzos de marzo. Se trata de un volumen de 1902 de "Vartija", una revista de temática religiosa que todavía se edita. Cuatrocientas páginas que estuvieron en manos anónimas todo este tiempo.

"Más vale tarde que nunca", ha sido la frase más utilizada para describir esta situación por las agencias de noticias y los medios de comunicación. "También existe la posibilidad de que el libro sea tan aburrido que se necesiten 100 años para leerlo", ironiza Rentala, quien encarna con su contento otra frase de uso masivo: "Nunca es tarde si la dicha es buena".

La dicha, en todo caso, se divulgó al orbe en la página web de la biblioteca y de allí rebotó al mundo. En sus correos, Rentala precisa que Lumo tiene una especie de caja donde las personas que llegan en horarios fuera de atención pueden depositar los libros que les han sido prestados. Allí fue donde se encontró la centenaria edición.

"El libro se encuentra en buen estado. Ha estado en buenos brazos. Vamos a organizar una exhibición para que todos los habitantes de Korso puedan ver el famoso libro. Es una memoria de los viejos tiempos", añade.

Minna Saastamoinen, trabajadora de la biblioteca, es otra de las personas que ha compartido su asombro. "No sabemos exactamente cuándo fue prestado ni quién lo devolvió. No había documentos con él", ha dicho.

En el volumen había una vieja etiqueta pegada en la que se precisa que se debía pagar 10 peniques [0,01 euros] "por semana de retraso en la entrega". Calculadora en mano, eso significa que la multa por tamaña falta de memoria (o desidia) llegaría --sin inflaciones ni actualizaciones monetarias-- a 83 euros contantes y sonantes.

DUDAS RAZONABLES


A pesar de la entusiasta revuelta que se ha producido, no faltan quienes se muestran más bien cautos a la hora de manejar el calendario. Uno de ellos es el periodista Jouni Vilermo, quien escribió un reportaje sobre esta historia en el diario "Iltalehti" y que también ha hecho un seguimiento sobre la repercusión que este curioso hecho ha tenido en distintas latitudes y longitudes.

"Es presumible que el libro no haya sido prestado ni en 1902 ni el año siguiente. Sin embargo, sí es probable que haya estado fuera al menos 60 o 70 años", nos contó, también por correo electrónico. ¿Pero en qué basa Vilermo su marcado escepticismo?

Él recuerda que hacia comienzos del siglo pasado Korso solo era un remoto lugar en el gran ducado de Rusia (Finlandia no era un país independiente) , por lo que los registros de la vida cotidiana de entonces son casi inexistentes.

Es más, la biblioteca Lumo tampoco había sido creada. Esta es en realidad una filial de la biblioteca Korso, que funciona desde los años 50 y que carece de fichas de los textos prestados las décadas previas.

Según Anna-Mari Rantala, antaño eran contadas las pequeñas bibliotecas que funcionaban, las cuales prestaban sus joyas a escuelas o casas privadas; también se usaba un sistema de carruaje jalado por caballos con cajas que iba de villa en villa. Ella piensa que el texto debió salir de un hogar.

Quizá esta hipótesis se aproxime más a la realidad: el volumen de "Vartija" pudo ser impreso en 1902, pero no necesariamente se extravió ese año. Ello no es óbice, empero, para que Lumo y sus trabajadores, y Korso y sus habitantes, hayan sido materia de comentarios en múltiples lenguas. Eso solo basta para que (esta vez) la larga espera haya tenido un final feliz.

LAS CIFRAS


4900 bibliotecas tiene Finlandia, país donde viven 5,3 millones de personas.
411 veces visitó cada finlandés una biblioteca en promedio el 2006.
420 libros pidió prestado cada finlandés en promedio el 2006.



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