viernes, 7 de marzo de 2008

Digitalizarán libros de la Universidad de Yale con un novedoso sistema

Son 100 mil volúmenes pertenecientes a la biblioteca de esa casa de altos estudios estadounidense. Utilizarán un escáner robótico que maneja las piezas con más rapidez y delicadeza que el hombre. Se podrá acceder al material por Internet a través de Live Search Books.

A principios del año que viene comenzará la digitalización de más de 100 mil libros pertenecientes a la Universidad de Yale a través de un sistema de última generación. Podrá accederse al material a través del sitio propiedad de Microsoft, Live Search Books.

El proceso estará a cargo de Kirtas Technologies. La empresa utilizará el escáner robótico de libros más rápido del mundo, el APT BookScan 2400 que, en conjunto con el software BookScan Editor PRO, proporciona una incomparable calidad de imágenes, a la vez que maneja las piezas con más delicadeza que la mano del hombre. Esa tecnología garantiza una tasa general de errores inferior a uno cada 100 mil páginas, lo que asegura una digitalización masiva de gran calidad.

La casa de estudios estadounidense es una de las más prestigiosas y su biblioteca cuenta con más de 13 millones de volúmenes en su sistema. Los que forman parte del proyecto son aquellos que ya no están cubiertos por los derechos de propiedad y que, a medida que vayan siendo digitalizados, se irán subiendo gradualmente a Live Search de Microsoft. Así, estudiantes, académicos y lectores podrán consultarlos desde cualquier parte del mundo.

"Con este proyecto, cientos de años de invalorable conocimiento se desplazarán de los libros a los bytes y se harán accesibles a millones de personas en todo el mundo", concluyó Lotfi Belkhir, CEO y fundador de Kirtas Technologies.

Fuente: Diario Clarín
http://www.clarin.com/diario/2007/10/30/um/m-01529787.htm

lunes, 3 de marzo de 2008

La metamorfosis de los libros

Google inició la digitalización de ejemplares en 2005 y Microsoft respondió a finales de 2006. La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes sienta cátedra en España.

Si Cervantes levantara la cabeza los sentimientos de sorpresa y rubor se mezclarían a partes iguales en su centenaria testa. Rubor motivado por tanto halago recibido a lo largo de los siglos y sorpresa por ver a su ingenioso hidalgo encorsetado entre los bytes de una pantalla de ordenador.

Según las estimaciones realizadas por los eruditos del tema, más de 3.200 millones de libros esperan su turno para ser digitalizados. Es el último desafío lanzado por la Web 2.0 y la cultura ha respondido. La última en mover ficha ha sido la editorial Bloomsbury, anunciando hace pocas semanas su acuerdo con LibreDigital, compañía que digitaliza y distribuye libros en Internet.

En España, la institución por excelencia en lo que a digitalización de títulos se refiere es la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Como confiesa su director, Juan Manuel Abascal, la Biblioteca comenzó su andadura en 1999 teniendo como prioridad “introducir literatura de referencia en la lengua castellana”. Poco a poco el volumen de unidades fue aumentando hasta alcanzar la cifra actual de 25.000 títulos, sin contar los “200.000 documentos de archivos, entre ellos el de la familia Larra o de la Real Academia de la Historia, además de una larguísima hemeroteca”, puntualiza Abascal.

Trabajo

La Biblioteca, considerada uno de los mejores centros de investigación del mundo por el CSIC, está constituida por dos comités científicos que, como explica su director, trabajan perfectamente coordinados. “El primero, con sede en Madrid y presidido por Mario Vargas Llosa, se reúne varias veces al año y determina cuáles van a ser las líneas de trabajo. El segundo, en la Universidad de Alicante, se encarga de poner nombres y apellidos a las líneas marcadas por el anterior”.

Pero no es oro todo lo que reluce, y menos en un proceso, el de la digitalización literaria y académica, que despierta bastantes recelos legales. Según Carlos Sánchez Almeida, abogado especializado en Internet, a la imposición de sólo digitalizar las obras de dominio público (70 años después de la muerte del autor) se une el hecho de que “no se puede escanear y colgar en la Red un Quijote publicado, por ejemplo, por Planeta sin pedir previamente autorización a la editorial, a menos que la edición sea de hace 25 años”. En este sentido, el abogado considera que “es urgente una reforma legal que regule otro régimen de prescripción, al menos para las obras clásicas”.

Escritores y editoriales

La institución que dirige Abascal cuenta con el respaldo del mundo editorial, ya que “la biblioteca es el resultado de la generosidad de autores y editores” y la parte más importante de su trabajo “es la negociación de derechos de autor con obras que aún no son de dominio público, alcanzando acuerdos con escritores contemporáneos como Gamoneda o Caballero Bonald”. Pero los proyectos de digitalización encabezados por los dos grandes gigantes informáticos no han sido tan bien acogidos y han levantado bastante polémica en la industria editorial. Google puso en marcha el Proyecto para Bibliotecas del programa de Búsqueda de Libros, en 2005, con objeto de “organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil”, en palabras de Bernardo Hernández, director de Marketing de Google en España y Portugal.

Acuerdos

En los dos años transcurridos, el buscador ha alcanzado acuerdos con “algunas de las más prestigiosas universidades del mundo como Oxford, Harvard o Stanford, incluyendo la Complutense de Madrid” en un intento de “abrir las páginas de los libros a cualquier persona, en cualquier lugar del mundo que tenga conexión a Internet, respetando los derechos de autor”, concluye Hernández. Microsoft, por su parte, ha apostado por Live Search Books, un proyecto que aún está en beta cerrada (acceso restringido) y para el que la empresa de Bill Gates ha suscrito convenios con la Universidad de California y la de Toronto. Su responsable en España, Ismael El-Qudsi, confiesa que Search Books “surgió porque entendemos que el propósito de todo buscador es facilitar a la gente cualquier tipo de búsqueda, pero hasta ahora había un nicho muy especializado de gente que buscaba libros y contenido académico y no encontraba satisfecha esa necesidad”.

Como afirma Juan Manuel Abascal, en torno al debate de la digitalización hay una cosa clara y es que “las bibliotecas virtuales aportan al usuario otro tipo de posibilidades y herramientas, pero la pantalla del ordenador es un sitio de consulta, nunca de lectura”. Y ésa es la prueba más evidente de que todo seguirá estando en los libros.

Fuente: Tiempo de hoy
http://www.tiempodehoy.com/default.asp?idpublicacio_PK=50&idioma=CAS&idnoticia_PK=41897&idseccio_PK=684&h=070504